Sobre la discriminación de género, el feminismo y el lenguaje

lunes, 31 de agosto de 2009
Hace unos cinco años, en Israel empezaron a aparecer unos autobuses especiales, los kosher, que son utilizados por los religiosos que unos llaman ortodoxos y otros radicales. En ellos existen claras normas de comportamiento, para preservar el respeto y la decencia, según dicen, como que las mujeres vayan debidamente vestidas (tapadas), por motivos de pudor y decencia. Esto no lo entiendo muy bien, pero bueno, pase lo que cada religión considere "decente". Pero lo que clama al cielo, al mío al menos, es que a estas mujeres se les obligue a sentarse, juntas, en la parte de atrás del autobús. Esto, en mi pueblo, se llama segregación y es algo aberrante, denigrante. (http://www.adn.es/mundo/20080115/NWS-0853-Tribunal-Supremo-segregacion-investigar-autobuses.htmlhttp://www.elmundo.es/elmundo/2009/08/27/solidaridad/1251371510.html).

 Y es que hay muchas partes del mundo en que las mujeres no son personas, no sé muy bien qué categoría tienen, pero no son personas. Las personas son los hombres y ellas... quedan detrás. En mi mundo puedo opinar, puedo ser una mujer que decide dónde va y cómo va, tener un blog, con limitaciones, claro, pero ni más ni menos que los hombres. Al menos en lo teórico, que también sé que las mujeres de mi mundo aún tenemos muchos trofeos que conquistar: laborales, conyugales, de violencia machista..., que si hoy tengo lo que tengo es porque muchas personas-sobre todo muchas mujeres- han luchado por ello durante siglos y que mientras los músculos de los hombres sean más fuertes que los de las mujeres, siempre habrá un hombre que imponga su voluntad a golpes.

Yo nunca he entendido eso de que hombres y mujeres somos exactamente iguales. Para mí somos tan distintos... Pero claro, es necesario pregonar la igualdad natural para conseguir la igualdad real (social, laboral, conyugal). Y tampoco he entendido la obsesión que tenemos en la actualidad por el lenguaje "neutro", eso de "personas usuarias", amigos y amigas, miembros y miembras. Que para mí es todo menos neutro, me parece absurdo, me parece que no hace sino evidenciar las diferencias, no las igualdades... Pero cuando pienso en cosas como los kosher, o en otras mucho peores, que tienen que sufrir la mitad de las mujeres del mundo, pienso que tal vez los que dicen queridos/as amigos/as saben más que yo y hacen más que yo por cambiar el mundo.

Dudo luego existo.


Frente a las empresas que discriminan, reacciones solidarias

miércoles, 19 de agosto de 2009

María Paz Montserrat Blasco es medallista paralímpica y tiene dificultades de movilidad. Se desplaza en silla de ruedas y no puede doblar las rodillas. Yo no sé mucho de esta mujer, pero puedo imaginar las dificultades que habrá encontrado por ello a lo largo de su vida , ejemplo de superación para muchos, como se suele decir. Bueno, tal vez realmente no puedo saber lo que es que te cueste 100 veces más esfuerzo que a cualquier otra persona hacer algo sencillo, cotidiano para los demás como salir a la calle a comprar el periódico. Y desde luego no creo que ni de lejos me pueda yo imaginar lo que sentirá esta mujer, y muchas como ella, cuando a esta dificultad se le suman otras de otro tipo: las que le ponemos otras personas, las empresas o cualquier otra fuerza sobrenatural e insolidaria como las dos primeras.

Lo que le pasó a María Paz es que quiso viajar en Spanair, con su silla de ruedas y, resumiendo, le han puesto trabas de todo tipo, ha hecho el viaje de ida en el asiento de la azafata y para el de vuelta le han pedido que pague por dos asientos porque va a ocupar más espacio que el resto de viajeros.

Admirable, una vez más, la reacción de esta mujer, que ha denunciado este hecho ante todo aquel que ha querido escucharle: en la ventanilla de Spanair en Gran Canaria, a la Policía local de la isla, al abogado del consumidor, a Aviación Civil, a la propia oficina central de Spanair y a los medios de comunicación, por lo que he podido leer.

Desde Spanair aseguran que "todas las personas que tienen un requerimiento físico, como obesidad excesiva o alguna discapacidad, deben abonar el espacio que requieran para poder viajar". En primer lugar yo me pregunto: ¿No hay leyes para esto, por Dios? ¿Hasta qué punto pueden las empresas elegir a quién prestan un servicio? porque, desde luego, esta norma va a dejar fuera de su servicio a muchas personas que quieren o necesitan viajar. ¿No debería protegernos la ley contra esto?

Pero por otra pienso: está claro que las empresas están para ganar dinero, y esto
es sin duda lo que ha movido a Spanair a dictar esta norma. Sin embargo, su visión comercial es reducida porque esto está haciendo ruido y son muchos los que opinan como yo. Desde luego, no pienso volar de nuevo con ellos, que tengo mucha personalidad y lo mismo me piden que pague dos asientos.

¡¡¡¡Juguemos a vivir en la miseria!!!

lunes, 10 de agosto de 2009

Soy tan cortita que nunca pensé que algo así pudiera ser divertido. Claro, que tampoco me imaginé que jugar a matar enemigos, a insultar a los transeúntes o a atropellar ancianas lo fuera. Recientemente ha llegado a nuestro país la versión española del videojuego alemán "Mendigogame", en el que el que los usuarios juegan a ser personas sin hogar que quieren progresar en la escala social. Para ello, las opciones que el juego pone a su disposición son algunas como: armas para matar, sitios para gorronear, cometer varios crímenes...

Este juego ya ha sido un rotundo éxito en otros países europeos. Por lo visto es muy divertido buscar comida y un lugar para dormir, aguantar las miradas de la gente... No lo dudo. Al fin y al cabo, delante de un ordenador no se siente el hambre, ni el frío, ni la desesperación que se viven en las calles.

El videojuego en sí me ha parecido de mal gusto y me da mucha pena, me da mucho coraje también que se simplifiquen las cosas y que no se piense en las consecuencias de acciones como esta. Veréis a qué me refiero: Como otras veces, lo he leído en la prensa. La noticia decía que algunas ONG consideran que este juego es denigrante para las personas que viven en situación de exclusión social y piden su retirada. Esta manifestación ha desencadenado una serie de comentarios por parte de los internautas, en los que se expresan afirmaciones verdaderamente escalofriantes. Que si las ONG se deberían dedicar a otra cosa, que si los pobres lo son porque quieren, que si entonces habría que retirar miles de videojuegos (racistas, violentos, etc) que si solo es un juego, ¿qué daño puede hacer?

Y es entonces, cuando he leído estos comentarios, cuando me ha entrado la pena de verdad. Porque me he dado cuenta de lo fácil que es opinar sin saber, generalizar sin conocer, justificarse sin hacer nada, echar la culpa a los demás... A todos aquellos que piensan que la pobreza es una elección, les invito a visitar esta web: http://www.fundacionluisvives.org/temas/inclusion_social/index.html o el blog de Pedro Clúster, que nos puede enseñar muchas cosas sobre pobreza desde su experiencia de primera mano: http://www.sinhogar.org/ ; o el blog http://integractua.wordpress.com/, con muchas noticias interesantes.

¿qué daño puede hacer si solo es un videojuego? Pues justo el daño que estoy leyendo en estos comentarios: fomentar la falta de solidaridad social.

En fin, a lo mejor yo estoy haciendo lo mismo: opinar sin saber, generalizar sin conocer, justificarme sin hacer nada, echar la culpa a los demás... Es que es más fácil