Y es que hay muchas partes del mundo en que las mujeres no son personas, no sé muy bien qué categoría tienen, pero no son personas. Las personas son los hombres y ellas... quedan detrás. En mi mundo puedo opinar, puedo ser una mujer que decide dónde va y cómo va, tener un blog, con limitaciones, claro, pero ni más ni menos que los hombres. Al menos en lo teórico, que también sé que las mujeres de mi mundo aún tenemos muchos trofeos que conquistar: laborales, conyugales, de violencia machista..., que si hoy tengo lo que tengo es porque muchas personas-sobre todo muchas mujeres- han luchado por ello durante siglos y que mientras los músculos de los hombres sean más fuertes que los de las mujeres, siempre habrá un hombre que imponga su voluntad a golpes.
Yo nunca he entendido eso de que hombres y mujeres somos exactamente iguales. Para mí somos tan distintos... Pero claro, es necesario pregonar la igualdad natural para conseguir la igualdad real (social, laboral, conyugal). Y tampoco he entendido la obsesión que tenemos en la actualidad por el lenguaje "neutro", eso de "personas usuarias", amigos y amigas, miembros y miembras. Que para mí es todo menos neutro, me parece absurdo, me parece que no hace sino evidenciar las diferencias, no las igualdades... Pero cuando pienso en cosas como los kosher, o en otras mucho peores, que tienen que sufrir la mitad de las mujeres del mundo, pienso que tal vez los que dicen queridos/as amigos/as saben más que yo y hacen más que yo por cambiar el mundo.
Dudo luego existo.